2º BACH Texto para comentar parcialmente
Nuestro lenguaje determina la manera de abordar la vida y lleva implícito un tipo de acción o inacción. En 1978, Matlin y Stang definieron el “Principio Pollyanna”, basado en la hipótesis del mismo nombre planteada en 1969 por Boucher y Osgood, que afirma que las personas tenemos una tendencia a utilizar en nuestro lenguaje un mayor número y variedad de palabras positivas que negativas.
El nombre se inspira en la novela Pollyanna, de Eleanor H. Porter, publicada en el año 1913, que cuenta la historia de una niña huérfana de padre y madre que es enviada a vivir con su estricta tía. La niña, educada con optimismo por su padre, juega a encontrar el lado bueno de cualquier situación para alegrar la vida de todos los que la rodean. El término pasó rápidamente al diccionario inglés para definir a aquella persona que hace gala de un optimismo exagerado.
Tendemos a buscar el lado positivo de la vida y también lo hacemos al seleccionar nuestros recuerdos. Los diccionarios suelen contener un mayor número de palabras con significados alegres que de palabras con significados tristes. Si nosotros buscamos la felicidad, las palabras también.
Una investigación llevada a cabo por Peter Sheridan Doods y sus colegas de la Universidad de Vermont (Estados Unidos) y publicada en 2015 en la revista Proceedings of the National Academy of Sciences (PNAS) parece confirmar este sesgo de positividad universal de las palabras: tras analizar más de 100.000 palabras en los diez idiomas más hablados del planeta (para ello tuvieron acceso a diferentes fuentes escritas sacadas de Twitter, Google, subtítulos de películas, letras de canciones, etc.) se llegó a la conclusión de que las personas usamos más palabras positivas que negativas y que todas las lenguas tienen un sesgo positivo. Según el autor, el español aparece en primer lugar: por cada palabra con carga negativa en español, se usan nueve palabras positivas.
La explicación que dan los autores a este sesgo positivo del lenguaje es que, a pesar de todos los conflictos y problemas que hay en el mundo, los seres humanos somos por naturaleza seres sociales y buscamos influenciar desde las emociones. (Luis Castellanos, La ciencia del lenguaje positivo, 2016)
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